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LO QUE APRENDÍ DE MI PAPÁ AL SER VOLUNTARIA

Tiempo de lectura: 6 minutos

Hoy estoy de nuevo en casa, teniendo conversaciones poderosas con mi papá. Han pasado 6 años desde el día que decidí emprender un viaje, y sin darme cuenta me ayudaría a ser mejor persona, mejor profesional y sobretodo, mejor líder. Hoy, recuerdo como hace 3 años inicié esta aventura (con AIESEC), fue con un intercambio social en Brasil. Después me aventuré a  tener diferentes roles en la organización como miembro, Líder de Equipo, Vicepresidenta de un Capítulo Local y finalmente ser parte de la Oficina Nacional como Directora de Mercadeo. Hoy quiero dejarles o más bien regalarles 3  lecciones que mi papá me enseñó y que yo aprendí de lo que es ser voluntario. Aquí estarán las palabras de mi papá como una voz guía tomadas de la mano de la experiencia práctica que AIESEC me dio en estos últimos años.

PRIMERO: PARA SER VOLUNTARIO HAY QUE TENER GANAS

Pá: El punto de partida de la hija es tener ganas, porque las personas podemos tener las oportunidades, dinero,  permiso,  tiempo pero hay que tener la disposición para hacer las cosas, sin eso no hay inicio de nada en la vida.

¿Dónde empezó todo? 

Todo empezó con el deseo de tomar un intercambio en Brasil en 2016 después de que llegó a mi correo institucional información con el siguiente asunto: Convocatoria becados – AIESEC UPB; recuerdo que cuando abrí el correo estaba con dos amigos de la universidad, en ese momento me sentía emocionada, con un poco de nervios, me daba algo de miedo porque nunca había salido del país y además no logré convencer a ninguno de mis amigos para que se arriesgara a participar en la convocatoria conmigo, pero finalmente tomé la decisión de postularme. Uno de los requisitos para participar era escribir una carta de motivación. Luego de ello recibo el siguiente correo:

HOLA CHICOS, 

“ESPERO SE ENCUENTREN MUY BIEN, ES PARA MÍ UN PLACER INFORMARLES QUE HAN SIDO SELECCIONADOS COMO GANADORES DE LA BECA OTORGADA POR AIESEC – UPB, PARA REALIZAR UN INTERCAMBIO SOCIAL AL PAÍS QUE SELECCIONARON”.

Hoy después de 3 años puedo mirar hacia atrás y decirles que así tengan miedo, aunque no encuentren un compañero de aventuras o no sepan que va a pasar después, deben hacerlo, sean fieles a esa voz interior que les dice que se arriesguen porque siempre es mejor intentarlo a quedarse con una historia por contar. No está de más agradecer a las ganas que tuve, la beca de AIESEC en alianza con la Escuela de Ciencias Sociales y sobre todo el apoyo de mi papá para lograr viajar y vivir ese sueño.

SEGUNDO: TENER UN PROPOSITO

Pá: Ser voluntario en otro país les da la oportunidad de estar en las mismas condiciones, ya que en un voluntariado no importa el nivel socioeconómico, etnia, nivel de ingresos, idioma, entre otros. Ser voluntario los pone en una situación de igualdad, una igualdad que incomoda a cualquier tipo de persona pero los pone en esa situación precisamente para cumplir un solo propósito; lo que hace que las diferencias los unan y así puedan trabajar juntos por el mismo objetivo. 

¿Cómo encontré mi propósito?

Es algo como mariposas en el estómago, es un deseo incomprensible por realizar algo, no lo entendemos, es más, quizás no encuentres las respuestas a muchas preguntas en el camino, pero lo que sí les puedo decir es que desde muy pequeña me nacía ayudar a las personas, en esto influenció mi papá, siempre me decía que no podía dejar que se acabara un día sin ayudar a alguien, siempre sus acciones han ido orientadas a brindar oportunidades a las personas y velar por el bienestar de las que nos rodean (eso en definitiva cambió la forma en la que veía la vida).  

Me gustaba ayudar, sentirme útil,  en especial compartir con niños, quizás la primera experiencia que recuerdo fue cuando hice mi alfabetización en décimo grado en un colegio llamado Fé y Alegría. Unos años más adelante cuando decidí estudiar publicidad en Medellín fui conectando todo, en una clase nos enseñaron un concepto “Publicidad Social” que significa hacer comunicación para grandes causas. En esta clase  me mostraron una campaña del Ministerio de Defensa Nacional con un mensaje claro “desmovilicese en navidad todo es posible” ahí empecé a soñar que podía algún día hacer algo como eso, y quién sabe, probablemente voy por el camino correcto.

Cada una de las experiencias que tuve, poco a poco me hicieron entender que mi propósito o mi por qué era contribuir a través de mi carrera (publicidad) ¿qué mejor sensación que sentir que sirves con tu profesión? así que lo que me movió en ese momento y lo que lo sigue haciendo es contribuir desde la publicidad al lugar en el que me encuentre. Desde ese instante  no he dejado de crear campañas/ estrategias / actividades que tuvieran un impacto en el lugar donde me encontrara.  Mi voluntariado en Brasil, y luego cada uno de los roles que tuve en la organización no fueron la excepción, en un primer momento realicé mi intercambio con el Objetivo de Desarrollo Sostenible #17: Alianzas para Lograr los Objetivos, en un proyecto llamado Smartketing en la Fundación Periferia Mais, donde trabajé en sus redes sociales, hice actividades de fundraising, puse en práctica mis conocimientos de la universidad y pude compartir la navidad con varios niños de la Fundacións. Luego en los diferentes roles en AIESEC tuve la oportunidad de crear e implementar estrategias para que más personas tuvieran la posibilidad de tomar un intercambio con nosotros.

TERCERO: TENER VALENTÍA PARA ENFRENTAR TODO

Tanto en mi voluntariado en Brasil como en los diferentes roles que tuve en la organización me enfrenté a muchos retos (no solo los del contexto externo sino internos), desde no contar con recursos suficientes, no saber portugués, hasta no creer en mis capacidades; de forma errada, siempre me catalogué como una persona tímida, introvertida, nerviosa, con miedo a hablar en público, con un tono de voz bajito, diciendo que no se me daba bien expresarme o incluso defender mis ideas; en fin una cantidad inimaginable de etiquetas que me puse yo misma, sin embargo, AIESEC me enseñó las cualidades de liderazgo: empoderar a otros, ser orientado a soluciones, ser consciente de sí mismo, y ser ciudadano global, con estas aprendí la importancia de convertir mis debilidades en fortalezas, de siempre dar soluciones y entendí que cuando hay ganas y propósito es suficiente.

No fue un proceso fácil ni mucho menos rápido, pero creo que tomó el tiempo, el esfuerzo y sobretodo las lágrimas necesarias. Al final me demostré que con nervios, la voz temblando, sin la experiencia suficiente, pero con mucho amor y ganas podía con cada uno de los retos que se me presentaban y así lo hice. Así tuve la oportunidad de liderar más de 5 equipos, tener la posibilidad de impactar más de 80 personas, compartir con jóvenes de más de 15 países; con miedo sí, pero sobretodo, con ganas y fiel a que con amor y un  propósito claro siempre se puede y lo demás son excusas.

-Pá, antes de terminar ¿crees que hay una diferencia entre las personas que toman un voluntariado o viven una experiencia como parte de la organización? si claro, hay una diferencia con las personas que no lo han tomado y las personas que son voluntarios con AIESEC. (eso sí, podré quizás dar más detalles en uno o dos años cuando tengas la posibilidad de desempeñarte en otros ámbitos, pero por el momento lo que he contado hasta aquí es lo que he podido ver reflejado en estos años que llevas en la organización) 

LA DIFERENCIA ESTÁ EN QUE ENTRE MÁS RETANTE ES, EN MEJOR PERSONA TE CONVIERTES

Ser voluntario te hace diferente siempre y cuando se cumplan los tres puntos anteriores, ganas, propósito y valentía; la diferencia en tu caso es que a una corta edad, (tenías 19 años en ese momento) tuviste la posibilidad de desenvolverte en experiencias que no te imaginabas, porque de una u otra forma tuviste que dar solución a los retos que se presentaron con las herramientas que tenías en las condiciones en las que te encontrabas; porque para ser mejores hay que esforzarse demasiado y quizás esos retos que ya enfrentaste una persona que solo va a la universidad va a poder vivirlo solo hasta su etapa laboral (es decir, en la etapa que te encuentras ahora);  eso quiere decir que en este momento a tus 22 años tienes un plus frente a los demás por las experiencias que lograste superar, las personas que las compartiste y los aprendizajes que te quedaron.  Y eso queridos lectores, es la promesa que tiene la organización con sus voluntarios.

SER VOLUNTARIO, LÍDER Y PERSONA PARA MI PAPÁ ES:

“ Ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, porque así como yo trabajo para estar bien, puedo hacerlo para que los demás estén mejor; como seres humanos esa es nuestra obligación ir mejorando día a día para así tener una vida llena de gratitud”. 

Nunca lo olviden, tengan las ganas, encuentren su propósito y sean valientes (esto pasa en el camino, no se preocupen si aún no lo encuentran, una pista: acelera el corazón,  se siente como mariposas en el estómago y a veces duele). También puedo decirles que en estos más de 6 años desde mi quehacer; he tenido la oportunidad de trabajar con diferentes marcas, he podido conocer de cerca algunas , stalkear otras y por todo lo mencionado anteriormente puedo decirles que no conozco una marca con el propósito más bonito y a la vez más tangible como AIESEC.

Por último, hoy después de más de tres años de mi experiencia en AIESEC en Colombia, con lágrimas en los ojos y el corazón arrugado puedo decir con orgullo que hice parte de los más de 1.500 voluntarios que se levantaron por colombia para liderar el cambio y hacer que cuente por nuestro país; hoy con las mismas ganas (y nervios) de hace unos años puedo decirles que ser voluntario de corazón es la mejor experiencia de sus vidas que la solución somos los jóvenes y el liderazgo la respuesta.  (Si no me creen a mí, háganle caso a mi papá).

Con amor,

Gisella, uno de más de 7 millones de jóvenes.
Siempre crean, creen y crezcan.

Tengo 22 años, barranqueña de nacimiento, publicista de corazón y creyente de que las buenas ideas cambian el mundo.

Frase que resume mi experiencia: Ser voluntario de corazón me enseñó que los jóvenes tenemos la solución y que el liderazgo la respuesta; gracias AIESEC en Colombia porque me permitiste creer, crear y crecer.

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Paula Ariza
agosto 2, 2020

¡Qué bonitas enseñanzas nos deja el liderazgo! Gracias por compartir las palabras de tu papá con nosotros. ?

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