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6 Cambios en 6 meses: Lo que no te cuentan de hacer un intercambio profesional con AIESEC.

Tiempo de lectura: 7 minutos

Hace un tiempo, mientras hacía mi especialización, uno de mis amigos llamado Gabo, me mostró una oportunidad profesional en México con AIESEC, era de esas propuestas donde dices “se ve muy bueno para mí”. Decidí postularme e hice el proceso pensando “obvio no voy a quedar, pero veamos qué pasa”. Qué equivocado estaba, ya que esto se volvió en un “llevo varios años fuera de Colombia", así que si quieren saber que pasó, aquí les voy a contar. 

Mi amigo Gabo me mostró por primera vez de que se trataba el intercambio que me cambiaría la vida. Desde el inicio todo lucía perfecto: Una multinacional con sede en Cancún que me contrataba por 6 meses, trabajaría con el equipo de ventas de una compañía de espectáculos y tendría una beca a primera vista interesante. ¿Qué buscaban de mí como candidato? que mi perfil estuviera enfocado en diseño y arquitectura y que tuviera manejo en tantos programas y habilidades como fuera posible, así que sin duda ese perfil era yo en un 100 %.

Ingresar al programa de AIESEC fue muy sencillo, ya que mi universidad (CECAR en Sincelejo), lo tenía todo listo, así que no debía gastar un peso, Díganme ustedes, ¿quién se resiste a una oportunidad tan perfecta?. Sin embargo, cuando me postulé, me enteré de que habían pasado 2 rondas antes de la mía, es decir, que más de 50 personas en todo el mundo, incluyéndome a mí, estábamos esperando que algo pasara. 

Mi baja autoestima de ese tiempo no me dejaba pensar que podía ser yo el elegido y mis esperanzas de quedar eran nulas, pero el “a ver qué pasa” me podía más. Unas expectativas que habían sido cambiadas 4 semanas después, pues ya yo estaba subiendo fotos en un avión mientras me dirigía al destino que menos esperaba: Cancún. Por cierto ¿recuerdan que dije que estaba haciendo mi especialización? Pues yo Me fui con la esperanza de volver para continuarla, ya verán que pasó. 

Estando en Cancún, una camioneta llegó a mi casa para llevarme a mi primer día de trabajo, Ahí conocí toda la operación de la empresa en la ciudad y hablé con el que sería mi jefe durante esa experiencia. Ustedes dirán, “tu experiencia fue perfecta” o “solo viene a hablar de lo bonito que le fue”, entonces aquí es donde les digo que mi experiencia fue de todos los colores menos rosa:

Para resumirles un poco todo lo que pasó:  A los 20 días de haber llegado a Cancún, durante un fin de semana que aún me resulta increíble que haya existido, alguien se metió por la ventana de mi apartamento y se llevó mi portátil mientras dormía (me sentí muy desprotegido). A la noche siguiente, un taxi me amenazó y estuvo de agredirme físicamente, sin contar el cajero que retuvo mi tarjeta de crédito a las 40 kms de mi casa, a las 3 am (nadie me contestaba, estaba solo y sin efectivo), luego, meses después, uno de mis roomates que se encargaba de recoger entre todos el dinero para pagar el arriendo, ¿adivinen qué? no lo pagaba, por lo que me corrieron de ese lugar y terminé durmiendo en el suelo del apartamento de unos amigos durante un mes, mientras volvía a tener dinero para rentar una casa nueva.

A pesar de todas estas experiencias, en este lugar nunca me faltaron las personas increíbles, esas que hasta hoy considero son los seres que más quiero en la vida (¡Hola Alexis si lees esto!). Y es preciso ahí donde quería llegar, aquí viene un resumen de las 6 cosas que nadie cuenta de tomar un intercambio profesional con AIESEC:

1. Durante mis experiencias no gratas en mi intercambio, siempre llegué a pensar “pésimo servicio, 1 estrella” y culpaba a la ciudad, a las personas y a veces hasta a AIESEC por “no estar pendiente de mí”.

Pero luego, al terminar mi experiencia, me di cuenta de que era una persona más fuerte, más madura y más preparada para enfrentar la vida solo, sin ayuda de mi mamá o de mi familia. Tanto así que hasta hace unas semanas mi mamá se enteró del episodio donde nos corrieron a todos los roomates de la casa por no pagar el arriendo, esperé hasta el momento en que me sentí sanado y capaz de decirle. Al final, luego de esa experiencia, más allá de odiar a quién me hizo tan fea jugada, aprendí a saber cómo entregar mi confianza a las personas, y sobre todo, a sobrevivir por mí mismo, sin tener que depender de mis papás y de las personas que están a mi alrededor.

2. Decir no, o dar retroalimentación, decir las cosas que deben decirse y comunicarse bien, no son cosas usuales en nuestro ambiente diario en las ciudades, ¡Seamos honestos! No sabemos dar una crítica, y mucho menos recibirla. Ni hablar de comunicarse efectivamente para que las personas realmente sepan y digan qué necesitan. Seamos honestos otra vez: no te enseñan a dar críticas constructivas y a comunicarte bien en la universidad. El estar expuesto a tanta interculturalidad y tantos equipos, perfiles, y maestros, solo me enseñó a decir las cosas que debo decir, sin dejar de lado la empatía ni faltar al respeto, eso impulsó muchísimo mi crecimiento. Yo era de las personas que odiaba dar una opinión, daba muchísimas vueltas, y siempre usaba la frase “no lo tomes personal”, “está muy bien todo, todo muy bonito, pero…” y esas otras muletillas que solo lo hacen más tedioso, y aparte, no me comunicaba bien. 

3. Mientras en Instagram, todos veían lo bien que la pasaba en Cancún, yo estaba teniendo mi propio viaje al descubrir quién era realmente y hacia dónde me dirigía. Si han leído blogs de viaje, y de personas que se van a vivir a otro país, se dan cuenta como muchos hablan de lo mucho que transforma vivir lejos de casa, de que los hace diferentes y demás cosas que suenan muy top. Pero la verdad es que lo bonito solo está en la escritura del blog, porque la verdad es que es un proceso que marca profundamente a la persona, y que va mucho de la mano con uno descubrir de qué está hecho, poner a prueba todas las cosas que uno creía que eran así por que sí. Recuerdo que cuando llegué a Cancún, tenía baja autoestima, no sabía qué hacía ahí, y honestamente no me aguantaba saber que tenía que llegar a mi casa y soportarme a mí mismo, y que lo que tocaba era entonces: empezar a ver cómo aguantarme a mi alter ego, y convivir con él, sólo con él, hasta que lo logré.

4. Nunca acabé mi especialización (no sean como yo), pero también nunca creí que una experiencia de seis meses pudiera cambiar tan radicalmente mi hoja de vida. De hecho, este blog lo escribo desde mi oficina en Bonn, Alemania, donde trabajo como Brand Manager. Y debo reconocer que no estaría aquí sino hubiera tomado esa decisión de postularme a ese intercambio. Todo fue muy sencillo: Después de mis seis meses, la multinacional me pidió seguir otros seis meses. Luego, me contrataron y me enviaron a las oficinas corporativas en Ciudad de México y me anexaron al departamento de desarrollo creativo donde estuve un año más. Luego me pasé a ser Digital Marketing Manager en otra organización en México, luego me promovieron en esa organización y vine a Alemania (donde cumplí reciente un año), y he hecho actividades en la organización en Colombia y en Holanda.

5. Cuando me fui por primera vez a México no creía mucho en los problemas profundos que podía tener mi país, y siempre me escudaba en “bueno, es Latinoamérica, todos tenemos problemas”. Me considero muy colombianísimo, y defiendo mi tricolor donde quiera que vaya. Pero nunca había caído tan en cuenta de lo profundamente desigual que era Colombia hasta que estuve fuera de ella.

Recuerdo que en enero después de unas vacaciones, iba camino al aeropuerto para regresar a Alemania y en el camino al aeropuerto vi un paisaje dividido en dos partes: Un lado de la calle con edificios súper lujosos, y del otro lado, un bulevar con más o menos 10 familias, viviendo bajo techos de bolsas de plástico, cocinando al aire libre, con cero privacidad, y con una tina que más bien parecía un río contaminado. Si hubiera pasado hace años por ese mismo lugar, ni siquiera habría notado la escena. Hoy, incluso, tengo iniciativas con amigos y en mi organización para poder impactar positivamente a las familias afectadas por el coronavirus en mi país, y no veo un futuro para mí alejado de la posibilidad de seguir impactando positivamente y luchando contra la desigualdad que tanto nos afecta.

6. Del lugar de donde soy, las oportunidades deben ser muy bien valoradas, no siempre aparecen y sobre todo, no todos tienen la fortuna de encontrarlas. Creo que hace algún tiempo no me hubiera imaginado este momento en específico, redactando esta entrada de Blog, hablando de la experiencia que me cambió la vida para siempre, más bien me habría imaginado en un trabajo que no me gusta y levantándome todos los días para hacer algo que no me apasiona. Mi yo de hace tanto, jamás lo habría creído. Es más, no se hubiera ido. Hoy soy un mejor ser humano, soy un mejor hijo (le di a mi mamá y abuela unas vacaciones que no habrían imaginado en gratitud), soy un mejor líder, mejor integrante de mi familia, soy emprendedor (dejando de lado el tabú de que solo se emprende con una empresa) y soy un mejor colombiano. Ni hablar de mi hoja de vida, y las puertas que se están abriendo. 

Cuando te venden un intercambio profesional, nunca te lo dicen, pero te están embarcando en una aventura que les va a cambiar el rumbo de la historia. En mi caso, por esos seis meses de intercambio, pude tener la oportunidad de conocer 6 países y 53 ciudades en 2 años, además de hablar 3 idiomas, y solo tuve que tener lo que todos los colombianos tenemos: Muchas Ganas de salir adelante. En AIESEC al venderte un intercambio nunca te lo dicen, pero te están embarcando en la aventura que te va a cambiar el rumbo de tu historia. Cuando decides aplicar a una oportunidad de Talento Global con AIESEC sucede como dicen en Narnia: “todo lo que conoces, está a punto de cambiar”. 

Por último, necesitan saber también que 2 de cada 3 personas que hacen su intercambio profesional con AIESEC son contratadas en sus empresas, así que es la forma perfecta de poder iniciar en el mundo laboral, ¿no les gustaría vivir una historia así?

“No veo un futuro para mí alejado de la posibilidad de seguir impactando positivamente y luchando contra la desigualdad que tanto nos afecta.” 

Emmanuel Álvarez, Vicepresidente Nacional de Marca para AIESEC en Colombia 20-21. 

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3 Respuestas a “6 Cambios en 6 Meses: Lo que no te cuentan de hacer un intercambio profesional con AIESEC.”
yaki cerpa
agosto 10, 2020

me alegro mucho. manny q tengas esta bendicion tan grande ,la fortaleza personal es algo de lo q nos tenemos q llenar cada dia ,me hace feliz verte feliz, saber q tus sueños se cumplen las pruevas solo nos impulsan a nuestro proposito……pickusss

Reply
Melissa Andrea gazabon Rodríguez
agosto 10, 2020

Siempre eres y serás un ser excepcional! De eso no tengo dudas ?, que viva Colombia!

Reply
Alexa
septiembre 21, 2020

No pensé que fuera a leer la historia completa pero me atrapaste, gracias por la motivación y por compartir tu experiencia.

Saludos desde Colombia

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