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¿ES EL LIDERAZGO UNA FORMA DE MATAR EL EGO?

Tiempo de lectura: 4 minutos

En febrero de 2013 ingresé a una organización donde me dijeron que podía desarrollar mi liderazgo.  Los principios de esta organización, llamados el AIESEC Way, son a mi parecer increíbles. Partes de él podrían estar a la talla de las organizaciones en las que el desvanecimiento del ego es la variable más importante, llamadas también organizaciones inspiradas en el próximo nivel de la conciencia humana.

En mi primera conferencia me explicaron que allí ser un líder significa ser la mejor versión de uno mismo, y que el modelo de impacto resaltaba la importancia de que los jóvenes tuviéramos un viaje fuera y dentro de nosotros. El puedo describir más o menos así:

  • Entré y me fue asignada responsabilidad de asegurar experiencias de calidad a otros jóvenes. Siempre había sido ese que organizaba los eventos de los amigos, así que me gustó mucho. Poco tiempo después me asignaron un rol de líder de equipo, en donde debía delegar responsabilidades.
  • Tuve roles de esta naturaleza, como miembro y como líder en diferentes proyectos y eventos, que me hicieron interactuar con múltiples partes involucradas dentro y fuera de la organización. Cada una tenía unas expectativas diferentes sobre mí como responsable, estoy seguro que en muchos casos estas fueron suplidas e incluso superadas, sin embargo, hubo algunas que definitivamente no.

  • Aprendí y ascendí en la organización, haciendo uso del sistema de soporte que se me brindó, el cual cuenta con plataformas, conocimiento y sobre todo personas con capacidades inimaginables para un joven con muy poca experiencia laboral, y estudiando una carrera que sentía que no se conectaba con su propósito personal.
  • Fue entonces cuando me di cuenta que lo que estaba pasando dentro de mí, y empecé a trazarme metas personales. Las cuales muchas veces cumplí, y muchas veces no, pero perdí el miedo a fracasar y equivocarme. Entendí que debía reflejarse en mi propia experiencia, y que esto me permitiría entender cuáles eran mis valores personales.

  • Viví este ciclo muchas veces, emprendiendo una mejora continua hacia diferentes versiones de mí, viviendo eso que llaman la reinvención, que se ha convertido en tendencia global.
  • Debo aceptar que en mayo de 2019, gracias a experiencias e investigaciones no directamente relacionadas con esta organización, decidí hacer de la reinvención un foco un poco obsesivo de mi vida por un plazo determinado.

LA REINVENCIÓN SUCEDERÁ, ASÍ NO SEA CONSCIENTEMENTE 

Y me di cuenta que las experiencias de liderazgo me habían llevado a reinventarme muchas veces y que había una causa que podía identificar fácilmente:

En la organización pasaba rápidamente de un rol a otro, haciéndome creer que yo era un rol. Y en el camino a ser lo que el entorno esperaba de ese rol, debía encontrarme muchas veces conmigo mismo, y con el llamado miedo.

LOS RETOS QUE EMPECE A VIVIR

El miedo al fracaso, al incumplimiento, a no ser suficiente, al desprestigio, y muchas otras cosas que nunca estuvieron del todo bajo mi control.

Y fue entonces gracias a practicar la meditación a diario, y a los conocimientos de autores como Ekhart Tolle, Timothy Ferris, Deepak Chopra, Vishen Lakhiani y Frederic Laloux, que me di cuenta que el miedo no era mío, sino de mi ego, que tenía miedo de morir.  Así mismo, que cuando tenemos el coraje de matar el ego a propósito, nos reinventamos conscientemente, y es allí cuando cosas increíbles pasan en nuestro presente.

En mi último año en AIESEC en Colombia, decidí aplicar parte de lo aprendido a una sesión experiencial, compuesta por una meditación y el viaje dentro y fuera de un laberinto.

Este es el laberinto que hicimos con equipos organizadores de eventos en Manizales, Cali, Chinauta, Fusa y Buenos Aires.

El mismo laberinto del Minotauro, de Fibas Jardín de Desierto de Villa de Leyva, el del patio de Olivia Newton John.

Es un símbolo espiritual, que ha estado presente en gran cantidad de culturas, épocas, y lugares del mundo. Este es un laberinto clásico, de una sola vía.

VIVIMOS EL PODER DE LAS EXPERIENCIAS

He vivido junto a varios jóvenes la experiencia de entrar a un laberinto como este y salir de él entendiendo que es posible sanar, reinventarse, dar un salto en la conciencia, entrar en el nuevo paradigma. En el que dejamos de buscar tener la razón, para tener paz. 

Dice Herman Kern:

“En el laberinto, uno no se pierde, se encuentra. En el laberinto, uno no encuentra al Minotauro, se encuentra a sí mismo.” 

¿CUÁLES VERSIONES DE MI PASADO DEBEN SER SACRIFICADAS PARA ESTAR MÁS VIVO EN EL PRESENTE?

El laberinto no requiere tomar decisiones, sólo ir hacia delante. Al entrar a la aventura, encontramos nuestra versión masculina, relacionada con el sol, reconocida por su racionalidad, virilidad y fuerza. Y que ha medida que avanzamos, encontramos nuestra mujer intuitiva, libre, con la capacidad de dar vida, simbolizada en los cuernos, que evocan la media luna, de naturaleza cíclica. Cuando se dan los giros más cerrados nos acercamos al centro, que simboliza el inicio de nuestra vida, el vientre de nuestra madre.

O simplemente el inicio de una nueva vida, la muerte del que deja de ser, por ser una mejor versión. Este centro también evoca la amígdala del cerebro, las emociones, el porqué. Por esto allí agradecemos por haber nacido.

SOMOS NUESTRO MINOTAURO EN EL LABERINTO

No hay forma de perderse, de regreso se sabe que el camino es el mismo, sin embargo, algunos se encuentran con querer salir rápido, se sienten presos, atacados por el minotauro, producto del deseo, del miedo.

Para mí, el laberinto se ha convertido en una herramienta para sanar. 

La muerte del ego no deja de ser una muerte, y por eso duele. Todas las experiencias son espirituales, y si no dejamos el ego atrás, nos hace daño con el tiempo. Sufrimos porque vivimos en un universo donde existe el tiempo, por lo cual todo es limitado, como los roles dentro de esta organización, que sin duda, tienen la capacidad de desarrollar liderazgo.

PERO ENTONCES ¿ES EL LIDERAZGO UNA FORMA DE MATAR EL EGO?

Sin duda, puede serlo, si somos conscientes de algunas premisas como: 

  1. No somos el rol que se nos asigna, sólo somos.
  2. Somos para dejar de serlo.
  3. Cerrar ciclos es morir, para ser alguien nuevo.
  4. Somos suficientes, si no, no estaríamos aquí.
  5. Todos somos uno, nos lideramos sin importar nuestro cargo.

No suena fácil, ni lo es. Porque nos desenvolvemos en ambientes donde predomina el ego. Por eso debemos estar atentos, actuar en el presente y autoevaluarnos para conocernos cada vez más, hasta que nuestro ego muera tantas veces que perdamos el miedo a morir. 

Allí seremos ese líder que se convierte en la mejor versión de sí mismo.

Santiago Aguilar Hanabergh

25 años

Ingeniero industrial, miembro de AIESEC desde 2013. Apasionado por la creación de conexiones con propósito que fomenten la verdad y el cambio consciente.

Encuéntralo en LinkedIn e Instagram

Tags: Ego, Liderazgo, Miedo, Reinvención
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